jueves, enero 28, 2016

Cuando te niegas a reconocer en alta voz o a otros que efectivamente no estas bien, que las cosas se han complicado y que necesitas de ayuda o al menos un abrazo, comienza una seguidilla de mentiras que se tejen como tela de araña y te transformas en un atrapasueño lleno de mentiras, mentiras blancas o verdades a medias...

martes, enero 12, 2016

El club secreto.



"... Perdí a mis padres con dos años de diferencia; mi madre de forma inesperada y mi padre con gran rapidez tras un fortuito diagnóstico de cáncer. Mi madre era la única persona de mi vida que podía ver dentro de mi, de forma cristalina. Ella me enseñó lo que era la humanidad, la empatía, la generosidad. 
Mi padre era el tipo más sarcástico de la familia, realista en extremo y una de las personas más indulgentes que he conocido. Si querías un consejo sincero y sin tapujos, solo había que preguntar a papá. 
Hoy se han ido y el duelo sigue su curso. Sé que son solo etapas, metas que superas y se pierden en la distancia. Pero incluso años después, reconozco que hay días en que mis fallos, miedos y remordimientos irracionales afloran en demasía. Otros sonrío entre recuerdos y anécdotas infantiles.
Sea como sea me he dado cuenta de 10 cosas que han cambiado en mi vida desde que se han ido. 
1. Nunca me alejo del teléfono, y lo mantengo cerca cuando duermo. La última vez que lo olvidé en otra habitación no respondí a la última llamada que mi madre me hizo. Fue mi última oportunidad de hablar con ella.
2. Durante los primeros 6 meses de duelo, el simple hecho de pensar sobre la muerte de mi madre me hacía enfermar fisicamente. El estomago me daba vueltas y acababa vomitando.
3. Sus muertes han provocado que pierda el contacto con mis parientes lejanos. Hasta el momento hablamos y participábamos en las cosas que organizaban, pero sin ellos, cada uno hemos continuado con nuestras vidas por separado.
4. Estoy profundamente enojada conmigo misma porque mis padres no disfrutaron más tiempo de su nieto, mi hijo. Desde que nació, coincidieron solo en cinco ocasiones antes de que todo sucediera. Siempre piensas que habrá más tiempo.
5. Ahora cambiaría todas mis salidas de sábado noche y fines de semana con amigos por pasar una hora más con papá y mamá. Incluso un minuto.
 6. No soporto que la gente se queje de sus padres en mi presencia. Ahora que me faltan, me cambiaría por ti sin dudarlo, así que cierra la boca. Resuelve tus problemas y disfruta de ellos.
7. Perder a tus padres es como formar parte de un “club” del que no quieres ser miembro. Al menos existe camaradería y comprensión de otras personas en tu misma situación.
8. Nadie piensa en el hecho de que puede ser admitido en este club de un día para otro. Descuelga el teléfono y llama a tus padres. Ahora mismo.
9. Se dice que el tiempo lo cura todo, pero creo que esto no es del todo cierto. En la vida conocerás a muchas personas, disfrutarás de su cariño y serás feliz, pero nadie podrá compararse a ellos. Esa relación es única. 
10. Siento celos. Lo admito, unos celos que en la vida imagine que existían: celos de padres. Envidia de las personas que tienen “reuniones familiares” incluso si afirman que son aburridas. De comidas familiares, vacaciones con los abuelos, llamadas de skype para enseñar a los nietos, y un sin fin de pequeñas cosas. No me mal interpreteis, es envidia sana, solo pienso en lo genial que sería tener lo mismo.
Han pasado 10 años ya desde que mi madre se fue, y 9 de mi padre. Estoy bien, y soy feliz. Aún así no he querido borrar su número de teléfono de la agenda de mi móvil, pues inconscientemente espero a que me llamen algún día.
Son apegos, añoranzas, risas y recuerdos, que aunque a veces dolorosos, han cambiado mi perspectiva del mundo y me han hecho ser mejor persona. Lo que me enseñaron de la vida, trato de mostrárselo a mis hijos, pues de esta forma su legado continuará por siempre vivo."  (Con información de Dioli.net, Lisa Schmidt)

Esta no es mi historia, yo no tengo hijos, mi mamá aun vive, pero aun así pertenezco a ese club, un club que no lo quise, que no lo busque, pero llego a cambiar mi mundo y ponerlo de cabeza.
Este club que me hizo llevar mi celular a todos lados y dormir con el bajo la almohada, sentir que mi mundo se ponía y se pone de cabeza pensando en la muerte, compartir esas ganas de vomitar que poco a poco han disminuido, pero que no se han ido del todo y quizás nunca lo haga, porque es cierto por más recuerdos y momentos felices que viva siempre ese dolor va a estar ahí. 
Esta ahí siendo un recuerdo constante que permite que aprecies a los tuyos, y le diga a tus amigos que no importa cuan cargantes sean sus viejos o que tan separados estén los unos de los otros y tengan que compartir sus tiempos en diferentes casa para estar con ellos, están y eso es lo que a la larga importa y muchas veces hace sentir esa "envidia" de que ellos los tienen, comparten y pelean. 
Hace que te des cuenta que para todas las cosas importantes ya no estarán, que al hablar de él siempre será en pasado, y te das cuenta que ni si quiera en las fantasías está. Yo me dí cuenta que, aunque no me quiero casar,  si quisiera él ya no me entregará en la iglesia y ya no amenazará al novio... 
Palabras más, palabras menos... comparto en esencia lo que esta anónima  dice
Soy parte de este club...
Del club del que nadie habla y nadie te prepara para ser parte...
Pero que todos los que somos parte nos reconocemos y compartimos ese pesar..
Porque ya no está y no estará....

domingo, enero 03, 2016

Estos días han sido días un tanto raros...
he  pensado tanto, peor aun he sentido tanto como hace meses no lo hacía.
Y creo he llegado a ciertas conclusiones.

Primero, creo que desde que entre a la universidad, por miedo y vergüenza, me empece a convertir en una persona que se empequeñecía para que no la notaran, deje de opinar todo lo que pensaba, deje de hacerme cargo de las cosas, deje de sentirme como a mi me gustaba,...pero como no hacerlo si todo y todos se veían tan grandes, tan seguros y yo poco a poco me fui volviendo un poco más pequeña y un poco más invisible...quizás este fue el comienzo de muchas cosas y de muchos cambios, cambios buenos y cambios que no lo fueron tanto.

Segundo, A ratos intente no ser pequeña, a ratos intente sentirme grande, sentir que podía ser como los demás y que podía llegar a ser buena, que simplemente era algo complejo, pero no imposible.

Tercero, no lo logre, me hice pequeña, creo que fue una seguidilla de cosas que me hizo necesario y casi por sobrevivencia el hacerme pequeña y poder esconderme en una cajita, así lo que sentía dolía menos, así en lo que fallaba no era tan terrible, y así cuando necesitaba doblarme e intentar creer que todo lo que había sucedido en la vida, y seguía sucediendo no era tan terrible, se podían controlar los daños, o al menos eso pensaba.

Cuarto, aprendí muchas cosas siendo pequeña, conocí lugares y los vi desde ángulos tan distintos que hacen que puedas ver el cuadro de una manera quizás más completas que antes cuando me sentía grande poderosa y segura.

Quinto, cuando te haces chiquita, tiene un costo, el mio fue dejar de sentirme capaz, antes de llegar a la universidad pensaba que podía cambiar el mundo, capaz de hacer algo que valiera toda la pena por la que uno pasa cuando algo cuesta, algo que me permitiera sentir que hice algo bien, nunca pensé que la que cambiaría de pies a cabeza sería yo y que no podría ni tocarle un pelo al "cambio de mundo"

Último, ya no sueño en chiquito, he vuelto a pensar y crear en grande, pero sigo sintiéndome chiquita, sigo sintiendo que no valgo la pena y que no voy a lograr todo eso que pienso y que mejor me quedo en el rincón callada y quieta para que nadie note que estoy ahí...pero no quiero.