martes, febrero 23, 2010

¿Existe un limite...?

¿Hasta donde se debe estar dispuesto a tolerar a las personas, las situaciones y las circunstancias que te rodean?. ¿Debe ser suficiente el amor o el afecto para que estas se dejen pasar?, ¿Donde esta el limite entre "poner la otra mejilla", dar otra oportunidad y el comenzar a transgredirse uno mismo para y por los otros?

Todas estas preguntas surgen a partir quizás de una tontera, una rabieta sin mayor sentido aparente, puesto que nace de uno de los tantos días en que mi mamá sufre de "josecitis", hoy es uno de esos días, en los cuales no importa las circunstancias o como se den las cosas mi hermano siempre consigue el favor y el beneplácito de mi mamá.

Dejo en claro que esto no es por celos de hermanos, es que simplemente son esos días en que a mi mama se le sale la subjetividad y el favoritismo hasta por los poros, y que yo por mas que me esfuerce en esos días por no causar la ira y su irracionalidad, no hay caso, no hay tregua.... es como el dicho "palos porque bogan, palos porque no bogan", por lo que hace un tiempo decidí ser una buena hija y darle motivos para que me retase con justa razón ... ya no me esfuerzo, no me desgasto ...así ella me puede enjuiciar sin que apelemos al favoritismo.

Pero más allá de estas circunstancias llegan estas dudas sobre que pasa con el limite entre ser una buena persona que no guarda rencores y da oportunidades y las que terminan dañandose a ellas mismas producto de este ciclo de perdón a mi juicio mal entendido.

A mi entender una relación de cualquier índole afectiva no debería contar con este juego de manipulación de sentimientos, pero al estar siempre basada en el poder que le otorgamos al otro es inevitable que las situaciones y las circunstancias puedan viciarse y desequilibrarse en desmedro de uno y favor de otro, sean o no consientes, por lo que cuando "las reglas del juego" no están claras el limite equitativo que evita que el otro sea más importante o este sobre mi, tanto yo como el otro somos responsables de esta agresión.

Ahora, lo que distingue una relación cotidiana de una que comienza a transformase en un peligro puede que sea el hecho de poner un limite y dar cuenta a una o a ambas partes de este desequilibrio en la relación. Pero como se puede lograr esto, como se llega al darse cuenta de lo toxico que se puede poner el ambiente antes de terminar herido.... ese es mi pregunta, puesto siempre se sugiere el estigma de no ser una buena persona o ser demaciado quisquilloso entre otros enjuiciamientos que se realizan, basados en prejuicios y preconvicciones quizás agenas a la salud y conveniencia de ambos.

Puesto que no creo que el dar una alerta a los demás de como se sienten o como me siento al respecto de tal o cual situación, sea un signo de debilidad u otra cosa, sino más bien creo que es honesto, pues es una manera de decir "hey!, esto es lo que soy y esto es lo que me molesta o no me hace bien, tu eres libre de tomarlo y yo también".