Entiendo de donde venia esa angustia ahogante, puesto que la paz no se puede embotellar, difícilmente podría obtenerla y alargar ese momento en un para siempre, porque el "y vivieron felices para siempre" que nos hacen aprender no existe, la historia no se detiene, no se congela y por sobretodo cambia, se transforma y vuelve a ser.
Por tanto, desde ese nuevo principio entendido, siento que la paz es un estado constate en tanto uno aprenda que fluye como lo hace el caos en la vida, y que es parte de él, por lo que el éxito para alcanzarla esta en como aprendemos a vivir y fluir con este caos constante. En tanto no se impida a la vida siguir su curso, siendo nosotros esas piedras que se ponen en el camino del río,podremos estar en ese equilibrio que no es quietud, si no movimiento, siendo uno con este río. Es ahí donde dejaremos de sentir que nos golpea una y otra vez, porque no es que el camino tenga piedras que nos haga difícil la vida, es que en el fondo, de una extraña y compleja manera, somos nuestras propias piedras y nos saboteamos siendo nuestros peores enemigos.
"Cada uno da lo que recibe
y luego recibe lo que da,
nada es más simple,
no hay otra norma:
nada se pierde,
todo se transforma. "
y luego recibe lo que da,
nada es más simple,
no hay otra norma:
nada se pierde,
todo se transforma. "
(Jorge Drexler)